Señaló el geriatra Lucio Bellomo, que afirmó: “Muchas veces se tiene la visión de que la vejez será solo un periodo corto y no muy relevante en la vida de una persona. Pero la expectativa de vida se ha prolongado significativamente en las últimas décadas y el fenómeno conocido como envejecimiento poblacional, lejos de detenerse, se sigue extendiendo a nivel mundial”.
Natalia Muñiz *
El envejecimiento de la sociedad es un hecho. Cada vez más personas llegan a la vejez, y a la vez, son octogenarias, nonagenarias, centenarias. Hoy, se estima que una persona de 60 años tiene por delante 20 años más. El aumento de la esperanza de vida genera desafíos y oportunidades en todos los ámbitos. Uno de ellos: prevenir o retrasar enfermedades para que los años de vida ganados sean con calidad.
Consultado por este diario, el doctor Lucio Bellomo, integrante del programa de Medicina Geriátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires, manifestó: “Muchas veces se tiene la visión de que la vejez será solo un periodo corto y no muy relevante en la vida de una persona. Pero la expectativa de vida se ha prolongado significativamente en las últimas décadas y el fenómeno conocido como envejecimiento poblacional, lejos de detenerse, se sigue extendiendo a nivel mundial”.
En este sentido, destacó que considerando que la vejez comienza a los 60 años y que “la mayoría de las personas vivirá hasta los 80 años o más, la etapa de adulto mayor constituye un periodo muy relevante, ya que aproximadamente la cuarta parte de nuestras vidas seremos adultos mayores”.
“Hay que cambiar la visión que se tiene de la vejez como un proceso en donde solo se produce deterioro físico y de la calidad de vida. El envejecimiento saludable es posible si mejoramos nuestros hábitos y hacemos los controles médicos apropiados”, afirmó Bellomo, uno de los editores del libro “El chequeo después de los 65”, recientemente publicado por Del Hospital Ediciones.
Enfermedades crónicas
Acerca de los factores de riesgo en las personas mayores, el profesional explicó que “además de las enfermedades más comunes que tienen los adultos jóvenes -por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, cáncer- se suman los riesgos generados por enfermedades crónicas asociadas al proceso de envejecimiento. Estas enfermedades suelen ser procesos degenerativos, en donde los órganos van perdiendo funcionalidad y reserva para sobreponerse ante eventos adversos. Son procesos crónicos, es decir, que progresan y se manifiestan en forma lenta, pero deterioran la calidad de vida. No provocan la muerte, pero sí discapacidad”.
Al respecto ejemplificó: “La artrosis, no provoca la muerte pero sí problemas de movilidad en las articulaciones y trastornos de la marcha; la maculopatía degenerativa deteriora la visión; la presbiacusia provoca la pérdida de audición; las demencias generan el deterioro de la memoria y otras funciones cognitivas. A medida que estas enfermedades progresan ponen en riesgo la capacidad de la persona para llevar una vida independiente, lo que conlleva otros riesgos como el aislamiento y la limitación de la red social”.
El autocuidado
Bellomo afirmó que “todos los problemas médicos degenerativos asociados al envejecimiento están directamente relacionados y vinculados a los hábitos de vida, así como el tipo de alimentación, el nivel educativo, la actividad física, la red social y familiar y los recursos que se tienen para enfrentar el estrés”.
Dado que cada uno envejece como ha vivido, “los hábitos saludables adquiridos en la infancia, la juventud y la etapa adulta son determinantes al momento de envejecer”, remarcó.
Acerca si los jóvenes y adultos toman conciencia de la importancia del autocuidado para un envejecimiento activo, el geriatra respondió que si bien “existe un cierto nivel” sobre la necesidad de incorporar hábitos saludables, “éstos están más relacionados a cuestiones estéticas, mejorar la imagen corporal”.
“Sin embargo -advirtió-, no se les da la relevancia que tienen en cuanto a cómo mejoran la calidad de vida en la etapa de la vejez, donde por ejemplo el beneficio de realizar actividad física es contundente para conservar la autonomía y la independencia”.
En este sentido destacó que distintos estudios demostraron que “una persona que tiene el hábito de caminar 150 minutos por semana, tiene menos riesgo de discapacidad y más probabilidades de conservar algo tan valioso como su autonomía para realizar las actividades de la vida diaria”.
Envejecimiento activo
Bellomo afirmó que un envejecimiento activo “es posible”, dado que los factores de riesgo “para la mayoría de las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento pueden modificarse abandonando los malos hábitos e incorporando los saludables”.
Asimismo agregó que haciendo los controles preventivos “se puede no solo mejorar la expectativa de vida sino también la calidad de vida”.
“La etapa de la vejez permite poder concretar muchos proyectos y, sin dudas, es una etapa para la cual vale la pena prepararse”, aseguró.
El envejecimiento de la sociedad no es a futuro, es hoy”
La coordinadora del Programa Nacional de Envejecimiento Activo y Salud (PRONEAS) para Adultos Mayores del Ministerio de Salud, Claudia Jaroslavsky, remarcó que el envejecimiento de la sociedad “no es a futuro, es hoy. La gente está envejeciendo hoy”.
Asimismo destacó que “somos la sumatoria de los factores de riesgos a los que estuvimos expuestos”.
Junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el PRONEAS editó un Manual de Autocuidados “Claves para un Buen Envejecer” que se puede descargar gratuitamente en Internet, así como los Boletines del Programa.
“El objetivo consiste en hacerle llegar a los adultos mayores una herramienta con numerosos tips y consejos para que puedan tomar decisiones que van a repercutir en mejor salud. Envejecer no es sinónimo de enfermedad y hay hábitos que nos permiten tener una vida más saludable”, aseguró.
“Hay que tomar conciencia del poder que uno tiene sobre sí mismo -manifestó-. Con esto no se trata de desligar responsabilidades ni a cuestiones del Estado ni sociales, cada uno tiene su grado de responsabilidad, pero no nos podemos olvidar de la responsabilidad de cada uno con nuestras prácticas, hábitos y voluntad”.
Al respecto señaló que es importante “tener una alimentación saludable; realizar actividad física; realizar los controles y estudios médicos correspondientes; evitar hábitos perjudiciales como fumar, beber en exceso y no automedicarse”.
Entre los consejos brindados en el Manual de Autocuidados se encuentran: comer por lo menos cinco raciones de frutas y verduras por día; evitar el consumo excesivo de sal y azúcar y tomar abundante agua; hacer actividad física al menos 30 minutos cinco veces a la semana; ejercitar la memoria evitando la rutina, haciendo palabras cruzadas y leyendo. También se destacan los beneficios de dormir bien, de la sexualidad y la recreación y brinda recomendaciones para evitar problemas en la vista, los oídos, la boca y la piel.
Tips
* El 60% de los adultos mayores entrevistados para la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores considera que su salud es buena, muy buena o excelente.
* Respecto a la memoria, el 47% de los adultos mayores encuestados percibe que su memoria es buena y un 27% muy buena o excelente. El 23,9% contestó que su memoria es regular y apenas un 1,9% la considera mala.
* Natalia Muñiz, periodista del Diario Popular, suplemento Vida, domingo 14 de setiembre de 2014.
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