Las distintas miradas que nutrieron su trayectoria laboral le han permitido construir una forma particular de entender la vejez e intervenir sobre ella. Iacub toma la importante actitud crítica de la academia pero tiene la seguridad de que su labor no debe de terminar en este ámbito. Por ello, en su práctica profesional busca que dialoguen la universidad, el trabajo comunitario y su labor como asesor estatal. Considera que esto le ha permitido entender la vejez a distintos niveles, tanto desde lo micro, enfocándose en el individuo y la comunidad; como lo macro, observando a la población mayor sobre la que inciden las políticas públicas.
Gabriela Ramos y Erika Tirado *
Ricardo Iacub visitó la Pontificia Universidad Católica del Perú a finales del 2015. Iacub es Doctor en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, catedrático de la misma universidad, ameno conferencista, asesor del Estado argentino e importante investigador especializado en los temas de psicología de la vejez, empoderamiento, género y diversidad sexual en la tercera edad. Debido a su larga e interesante trayectoria profesional se le invitó a que dictar el seminario “Sexualidad, empoderamiento y aspectos positivos en la vejez”, el cual llamó la atención de más de uno por los temas que trataba. En nuestro país hablar de sexualidad es aún considerado tabú y una tarea difícil en muchos espacios, pero hablar de sexualidad en la vejez rompe todos los esquemas.
Al enterarnos de la visita de Iacub rápidamente decidimos hacer contacto con él con el deseo de conocer más sobre los temas “poco convencionales” que trata y que la academia peruana aún no ha tomado con la seriedad que merecen. Este artículo es producto de esa corta pero interesante conversación.
Con un pie dentro y otro fuera: “Si me hubiera quedado solo en la academia hubiera seguido repitiendo más de lo mismo”
Ricardo inició la entrevista contándonos que la vejez fue un tópico que siempre le resultó interesante debido a la gran cercanía que tuvo con sus abuelos durante su juventud. Poco después, durante sus años universitarios, trabajó con personas adultas mayores como voluntario y cursó la materia de “Psicología de la vejez” en la facultad de psicología de la Universidad de Buenos Aires donde empezó a acercarse formalmente a esta rama de estudio.
La universidad fue el espacio que le entregó a Ricardo un primer marco teórico que le permitiera reflexionar e investigar sobre la vejez. Sin embargo, aunque Iacub es parte de la academia, a lo largo de la entrevista notamos que su postura respecto a ella es bastante crítica. Recalcó que si bien tiene una gran importancia, esta no suele ser un espacio donde se puedan generar propuestas prácticas.
Iacub es profesor de la carrera de gerontología comunitaria y critica que algunas escuelas de esta rama de estudios mantengan ideas y prácticas heredadas de la beneficencia y la acción caritativa de la Iglesia. A su vez, considera que una de sus grandes deficiencias es el afán por perpetuar una lógica de compartimentación de la sociedad en grupos de edad, lo cual genera un distanciamiento dramático entre el joven y el viejo, pues se les piensa como sujetos distintos. De esta manera, nuestro entrevistado nos invita a cuestionar los discursos de las ciencias que abordan la vejez para así construir bases teóricas de carácter más reflexivo.
Su trabajo con la comunidad y el Estado: “Nuestro espacio no tiene que ser el consultorio (…) nuestro espacio debe de ser el mundo”
Ricardo necesitó romper su exclusividad con la academia para alcanzar una postura más crítica. Empezó trabajando en los Centros de Jubilados y Pensionados en Argentina, lo cual, afirma, “rompía con muchos de los parámetros desde los cuales me había constituido”.
En este nuevo contexto, Ricardo tuvo que salir de los espacios que normalmente han sido destinados para los psicólogos como los consultorios o clínicas pero también adoptar una actitud propositiva frente a la vejez para lo cual el psicoanálisis no le resultaba útil. Tuvo que nutrirse de un enfoque comunitarista que daba mayor relevancia al contexto en el cual la persona vive, lo cual le permitió diversificar su mirada sobre la vejez. Así como también enfatiza la importancia de tomar como punto de partida las necesidades sentidas por las personas adultas mayores, y pensar con ellos soluciones a los problemas que les atañen. Esta nueva mirada fue retomada en su trabajo con el Estado en la elaboración de programas y políticas públicas:
Mi parámetro ahora no es ‘qué programa tengo para implementar’, ‘qué programa hay y yo lo implemento’, sino qué necesidad hay y qué programa me invento. Porque el programa es secundario a las necesidades de la gente, y uno puede inventar cuestiones que tienen que ver con la gente (…) Un pensamiento comunitario es seguir lo que la gente te va indicando, no quedarte con tu artificio acerca de lo que la realidad es, sino ir y ver.
Hasta hace poco, Iacub describe la coyuntura política de Argentina como “una fiesta entre la universidad y el Estado donde podemos colaborar y pensar juntos”, lo cual resultaba muy estimulador y emocionante. Este contexto le permitió trabajar más estrechamente con el gobierno de Kirchner y entender el gran potencial de este espacio para generar cambios a una escala mayor. Sin embargo, actualmente la inestabilidad política del Estado argentino podría afectar la continuidad de los cambios implementados.
Construcción de una mirada propia: “Lo que hoy entiendo como gerontología comunitaria es haber pasado de una lectura crítica a una propositiva”
Las distintas miradas que nutrieron su trayectoria laboral le han permitido construir una forma particular de entender la vejez e intervenir sobre ella. Iacub toma la importante actitud crítica de la academia pero tiene la seguridad de que su labor no debe de terminar en este ámbito. Por ello, en su práctica profesional busca que dialoguen la universidad, el trabajo comunitario y su labor como asesor estatal.
Ricardo considera que esto le ha permitido entender la vejez a distintos niveles, tanto desde lo micro, enfocándose en el individuo y la comunidad; como lo macro, observando a la población mayor sobre la que inciden las políticas públicas:
“Vengo en un juego de acercamientos y confrontaciones, porque uno es el paciente que escucho en el consultorio, otro es el que veo cuando observo grandes grupos humanos y trabajo en políticas sociales (…) Hoy tengo explotadas las categorías, digamos en términos teóricos. Esto me genera una gran capacidad de pensar con ellos ofrecimientos y alternativas que puedan ser útiles”.
Su perspectiva teórica se centra en el análisis de las relaciones de poder y la posibilidad de transformarlas. Iacub piensa que el “viejo” se encuentra en una posición subalterna, sin embargo, este estatus social puede ser cambiado a través del empoderamiento del mismo:
“A mí me interesa y me es útil pensar que (la vejez) en verdad es una minoría que está en un proceso de cambio. Como dice un psicólogo francés (…) es un grupo aminorado más allá de que sean numéricamente uno minoría o no (…) En verdad lo que yo quiero es que los viejos tengan un lugar más equilibrado dentro de esta sociedad”.
Asimismo, ha tomado como perspectiva al “narrativismo”, el cual lo lleva a analizar los discursos que generan prejuicios sobre la vejez y los espacios que los reproducen como, por ejemplo, los medios de comunicación e incluso las ciencias, con el fin de modificarlos.
La sexualidad durante la vejez: “La gente quería hablar primeramente de sexualidad y después de todos los demás temas”
Empezar a estudiar temas asociados al erotismo, sexualidad y el género en la vejez fue algo “natural” para Iacub porque son tópicos cercanos al psicoanálisis. Influenciado en los escritos de la Historia de la Sexualidad de Foucault, en el año 2006 escribió un libro sobre la construcción de la sexualidad en la vejez en Occidente. Posteriormente, al trabajar más cercanamente con los mayores, observó que aunque era un tema considerado tabú, se encontraba siempre a flor de piel: los viejos quieren y necesitan hablar sobre sexo. Son los estereotipos sobre la vejez los que nos impiden reconocer su sexualidad:
¿Qué pasa cuando vemos imágenes de viejos teniendo relaciones? Todavía nos impacta, y ¿qué hacemos con eso, lo dejamos pasar?¿Los aniñamos?. Hoy una señora me decía ‘mira, si esa escena (que era bien erótica) hubiese sido de jóvenes hubiese dicho que es erótica, pero como es de viejos digo que es tierna’
En su trabajo en el Estado, Ricardo ha sido parte de grandes iniciativas para impulsar estos temas. Uno de los grandes logros obtenidos fue que el año 2015 fuese declarado el “Año de la Diversidad Sexual en la Vejez” en Argentina. Además, fue parte de la creación de dos spots sobre diversidad sexual en la vejez, transmitidos por un canal del Estado[1]. Estos spots publicitarios buscaban abordar un tema bastante invisibilizado como es la diversidad sexual en la vejez con el fin de comenzar a reflexionar sobre ello y promover una cultura de respeto y celebración de las libertades personales.
Cuando le preguntamos sobre la opinión del público acerca de estas iniciativas, Ricardo contestó que los argentinos son por lo general personas liberales y no encontró grandes resistencias. A pesar de ello, él insistió en que las parejas se besen en la pantalla para hacer más explícita su sexualidad y generar un mayor impacto en la audiencia. Iacub busca no ser amable con los espectadores, quiere moverlos internamente para que estos evidencien los prejuicios que tienen sobre la sexualidad y la vejez. Los invita a reflexionar sobre el tema y que esta reflexión pueda generar cambios individuales que incidan en el sentido común colectivo.
Lo que concretamente hace falta es ver viejos teniendo relaciones, y especialmente viejos gays, lesbianas o trans que pueden estar en situaciones no amables para quienes los miran. Necesitamos romper con esta amabilidad para construir otra posibilidad. Para que la gente vea dos viejos besándose y diga, bueno, es parte del escenario habitual.
Iacub y la antropología de la vejez en Perú
Encontramos en Iacub aspectos que nos son familiares a la antropología como el dar gran importancia al contexto y las perspectivas de los sujetos para entender la vejez. Pero también es una figura que evidencia los grandes vacíos que ha tenido y tiene la academia antropológica local y, por ello, nos sirve de inspiración.
En nuestro país no se ha investigado aún sobre la vejez ni se ha tomado a este como un tema relevante en la academia[2]. Hasta el momento, el papel jugado por los viejos en los estudios antropológicos se ha limitado a servir de informantes privilegiados por el gran conocimiento que suelen tener de la historia de sus comunidades, pero no fueron -como grupo- el centro de atención (Ramos, 2013). Sobre este punto, Iacub nos hace notar que no sólo podemos conocer “a través de ellos” sino “sobre ellos”.
Asimismo, nos muestra nuevas perspectivas de estudio de la vejez más allá de los temas que generalmente la academia asocia a la población envejecida, como son los temas de la salud, sistemas de pensiones y el cuidado. Como escribe Katherine Allen (2005), curiosamente los estudios de género y diversidad sexual y los de vejez han ignorado a las personas adultas mayores que no son heterosexuales por lo que el trabajo de Iacub en Argentina es uno de los pioneros en Latinoamérica. En ese sentido, nos impulsa a extender nuestra gama de posibilidades para investigar sobre la vejez a través de la exploración de nuevos marcos teóricos y dimensiones del envejecer, así como nos inspira a romper con estos límites autoimpuestos que reproducen estereotipos de la vejez dentro de la academia.
Por último, este investigador recalca la gran importancia transformativa y crítica de la academia, así como narra la forma en que la experiencia de trabajar en múltiples espacios le permitió nutrirse de nuevas perspectivas y herramientas valiosas. El contexto actual de nuestro país nos interpela como investigadores para no sólo comenzar a analizar seriamente las repercusiones del proceso de envejecimiento en nuestra población y su vida cotidiana, sino también a ser partícipes de la elaboración y ejecución de propuestas prácticas en colaboración con distintos órganos de gobierno con el fin de crear nuevas y mejores posibilidades para envejecer en el Perú.
Notas
[1] Puede ver los spots en Aquí
[2] Existen algunas investigaciones sobre el tema pero son producto de aportes individuales aislados y no de un interés real de la academia antropológica peruana.
Bibliografía
ALLEN, Katherine (2005). Gay and lesbian elders. En JOHNSON, M (ed). The Cambridge Handbook of age and ageing. UK: Cambridge University Press. pp. 482-489
IACUB, Ricardo (2006). Erótica y Vejez. Perspectivas de Occidente. Buenos Aires: Paidos
RAMOS, Gabriela (2013). Antropología de la vejez en el Perú: Un vacío etnográfico. Revista Anthropía. Lima, N°11, pp. 105-112
* Gabriela Ramos y Erika Tirado entrevistaram Ricardo Iacub para a Revista Anthropía. Aquí