El programa social, educativo y cultural Papelnonos cumple esta semana su 25° aniversario, promoviendo la participación de las personas adultas mayores para un envejecimiento activo, desterrando imágenes negativas sobre esta etapa del ciclo de vida para resignificarla, revalorizarla.
Natalia Muñiz(*). Fotos: Arquivo Papelnonos
Los adultos y adultas mayores arman instrumentos de papel con los cuales interpretan canciones en jardines de infantes, colegios, universidades de la tercera edad, centros culturales, entre otras instituciones.
También realizan obras de teatro, radioteatros, editan libros, atienden la Biblioteca Pública de Música “Astor Piazzolla” (en Mardel) y participan de acciones solidarias.
Para formar parte no se requieren conocimientos musicales previos, simplemente deseo. Así lo afirma su slogan: “No importa que pierdas, no importa si ganas, lo que realmente importa es que no pierdas las ganas”.
Papelnonos surgió tras la idea del psicólogo y músico Jorge Strada, quien dictaba un taller de armado de instrumentos musicales de papel en un centro de jubilados de La Feliz.
Strada ya había realizado ese taller con maestras de música de las escuelas municipales locales, con quienes había formado el grupo Papelones; y luego con alumnos, con quienes armó Papelitos.
Tras esa experiencia y su inquietud por trabajar con personas mayores empezó a brindar clases en un centro de jubilados.
A los encuentros asistían “doce adultos mayores, como las doce notas musicales”, afirma Strada y remarca que si bien Papelnonos nació de un proyecto personal pronto se transformó en uno colectivo.
“Surgió como un juego, un sueño”, sostiene, pero con la clara idea de “repensar la vejez, repensarse, resignificar esta etapa del ciclo de la vida, desterrar los prejuicios y las imágenes que espantan a fin de resignificar la palabra viejo y darle valor”.
La idea prendió, sumó adeptos, se extendió por el país y en el exterior, ganando premios y distinciones, demostrando que otro concepto de vejez es posible (y necesario), nuevas imágenes donde las generaciones de adultos mayores se sientan identificadas, y las futuras generaciones se puedan proyectar.
“Nosotros entendemos que ‘la vejez es lo que hacen los viejos’ -aclara Strada- y desde esa perspectiva creemos que es posible imaginarnos la construcción de un modelo que no nos llene de resignaciones. La idea es revisar los conceptos que derivan de las limitaciones y prejuicios y darles un nuevo sentido en un marco de desafíos y alternativas viables”.
Asimismo remarca: “No se puede alargar la vida, como de hecho ocurre, para denigrarla. Esto debería avergonzarnos a todos. Se trata de nuestra propia expectativa de vida. No podemos hablar de la vejez como de algo que le ocurre a los otros. Nosotros somos los viejos del futuro”.
En este sentido manifiesta la importancia de modificar el modelo cultural que exalta, sobrevalora a la juventud en detrimento de la tercera y cuarta edad.
“Hay posibilidades y potencialidades propias en la vejez que no ocurren en otras etapas. Una de ellas es entender la vida, comprenderla a partir de integrar las experiencias, el tiempo, y eso solo lo puede hacer un viejo”, explica Strada.
De igual forma el psicólogo resalta que “un adulto mayor es una persona que tiene todas las edades, y como tal, es la única que puede hacer una síntesis de la vida, y eso la convierte en una mayor persona”.
“Eso de ‘mayores personas’ -aclara- es algo que aún el propio adulto mayor no se lo cree y el trabajo es decirle ‘sí, usted puede, tiene ganancias’. Si tomamos a una persona (solamente) desde lo que le pasa a un cuerpo es muy reduccionista. Por eso la importancia de revalorizar a la vejez”.
Columna de opinión: Emocionan hasta las lágrimas
Varias veces tuve la posibilidad de ver actuar a distintos grupos de Papelnonos y son fabulosos. Emocionan tanto que hasta el más duro llega a las lágrimas. Hacen reír hasta estallar en carcajadas. E invitan a participar, soñar, jugar, hasta que todos los espectadores terminamos de pie cantando su himno: “Ah, la vida ¡que hermosa es la vida! Verás todo es posible, si está la vida”.
Sus coloridos trajes e instrumentos manifiestan horas de trabajo, dedicación, creación.
Su energía y ese plantarse en el escenario, dejando de lado los miedos y la vergüenza, destierran los prejuicios que atentan contra un envejecimiento activo y saludable.
Ellos nos muestran nuevas imágenes, demuestran que otros nuevos modelos de vejez son posibles, donde da placer y esperanza proyectarse.
El psicólogo y músico fundador de Papelnonos, Jorge Strada, manifiesta la importancia de derrumbar las imágenes negativas a las que se asocia la vejez, desde el mismo uso de las palabras que se utilizan para evitar decir “viejo”, dada la exaltación y sobrevaloración de la juventud.
“Personas mayores, gente grande, abuelos, así se los suele designar pero bajo esas denominaciones estamos eludiendo decir la palabra viejo”, afirma claramente, porque “está asociada arbitrariamente a imágenes negativas como el desgaste que ocurre con los objetos con el paso de los años, con la sensación de pérdidas de atributos y funciones”.
En una conferencia sobre “La nueva vejez”, cuyo video puede verse en You Tube, Strada manifiesta: “¿Qué idea tenemos de los viejos? Podríamos decir que se aferran al pasado, que su cuerpo desgastado les provoca fastidio, la soledad se les acerca como un fantasma que asusta, que carecen de proyectos. Podríamos decir todo lo que culturalmente creemos que se relaciona con pérdidas, pero ¿esto es realmente así? ¿No hay algo de exagerado en eso?”.
Y propone contrarrestar esas nociones erróneas: “Ahora veamos al viejo desde una perspectiva distinta: es una persona que tiene todas las edades, y le otorga una fuerte identidad que no tienen otras etapas de la vida. Significa partir de un tener, poder integrarlas, sintetizarlas, disfrutarlas”.
“Son personas mayores pero sobre todo grandes personas, que nos están dando un mensaje, para que podamos reconocernos, ver la vejez como nuestro futuro sin asustarnos ni espantarnos. Nos están diciendo: no miren la superficie; como ocurre con un iceberg, vemos un pedacito pero lo más grande está en la profundidad. En los viejos vemos la superficie de un cuerpo pero no pensamos en la profundidad que hay que celebrar, porque nada mejor nos podría ocurrir que llegar a viejo, sería una celebración de la vida”.
(*)Natalia Muñiz – redactora de Diario Popular (Argentina). Nota publicada en domingo 23 de marzo.