EUROPA – Georges Labbé sueña con jubilarse a los 60 años. Ingeniero informático de Renault, no ve el día en que pueda, por fin, trabajar para él mismo. Pero a los 30 años, acaba de comenzar su carrera. Y Georges sabe que, cuando tenga 60, edad oficial de la jubilación en Francia, el generoso sistema actual de pensiones estará en bancarrota o habrá cambiado completamente.
Luisa Corradini *
Como Georges, la mayoría de los ciudadanos del sur de Europa saben -aunque se resistan a aceptarlo- que la época de bonanza se terminó. Jubilaciones, regímenes de seguro de desempleo, beneficios diversos? Los sistemas de protección social construidos después de la Segunda Guerra Mundial están hoy seriamente amenazados debido a la crisis de la deuda, que obliga a los Estados a reducir sus gastos.
Ese proceso es particularmente visible en Francia, donde tres años después de asumir la presidencia, y dos antes de las próximas elecciones, Nicolas Sarkozy ha apostado lo poco que le queda de popularidad a lo que él mismo llama “la madre de todas las reformas”.
Para tener éxito, Sarkozy no puede contentarse con buscar más fondos para cubrir un déficit anual en el sistema de pensiones que los expertos estiman en unos 100.000 millones de euros para 2050. También tendrá que poner fin a ciertos privilegios que caracterizan el célebre “modo de vida a la francesa” y que el país parece no poder seguir soportando. Entre ellos, una cómoda jubilación a los 60 años, excepciones para los 5 millones de empleados públicos que pueden retirarse incluso antes y excepciones fiscales que permiten a algunos jubilados tener un nivel de vida superior al de muchos activos.
Sarkozy no tenía demasiadas opciones. La crisis global puso las ya deprimidas finanzas públicas francesas en una situación todavía peor. El gobierno anunció un drástico recorte de gastos, pero los economistas no creen que pueda reducir el déficit actual del 8% del producto bruto interno (PBI) al anunciado 3% para 2013.
Los esfuerzos realizados están limitados por la rigidez de un Estado centralizado, pero también por una constante alza del gasto social, en el cual las pensiones representan el 65%. Como muchos otros países desarrollados, Francia tiene una población que envejece. Pero también es uno de los países con mayor esperanza de vida en el mundo. En promedio, los hombres cobran jubilación durante 24 años; las mujeres, durante 28, contra 18 y 23 años de promedio en los 31 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Todos esos factores, sumados a la degradación económica, hacen que, cuando hace 40 años había cuatro activos para financiar cada pensión, ahora haya sólo 1,5.
Por esa razón, a pesar de que el 57% de los franceses persiste en conservar la edad de la jubilación en 60 años, Francia se apresta a cambiar en profundidad el sistema actual.
Toda la UE
La idea parece abrirse camino hasta en los más progresistas: “Si llegamos a vivir hasta los 100 años, no vamos a seguir jubilándonos a los 60. De una forma u otra, será necesario que haya un ajuste”, reconoció recientemente el socialista Dominique Strauss-Kahn. Las declaraciones del director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) cayeron como una bomba en su partido, que defiende la jubilación a los 60 años con uñas y dientes.
Todos los países de la Unión Europea (UE) se ven sometidos a la misma exigencia. La proporción de personas de más de 65 años en relación con la población activa en el bloque será del 53% en 2060, según Eurostat.
“Debemos cambiar, adaptarnos [?] para seguir beneficiándonos de nuestro modelo social”, explica Joaquín Almunia, comisario europeo a cargo de la Competencia.
Para la Comisión Europea, los gobiernos de la UE no pueden seguir atrasando la reforma de sus sistemas de jubilación, teniendo en cuenta la crisis económica y el cambio inminente de la situación demográfica, según estimó a su vez el comisario europeo de Empleo, Laszlo Andor.
Hasta hace muy poco tiempo, Dinamarca era el país donde, con 67 años, la gente se jubilaba más tarde. Pero eso se terminó.
Apenas asumió sus funciones, el nuevo gobierno conservador británico anunció un plan de ajuste de 8771 millones de dólares. Entre las medidas previstas, la edad de jubilación pasará de 60 a 65 años para las mujeres y de 65 a 66 para los hombres, en 2030.
En el marco de las drásticas medidas que tuvo que tomar para obtener la ayuda de sus socios europeos y del FMI, Grecia ha propuesto atrasar la edad del retiro de 61 a 63 años en 2015. España, por su parte, aplicará una medida similar: la edad de la jubilación pasará de 65 a 67 años.
La última gran reforma en Alemania data de 2007. En la primera economía europea, la gente se jubila actualmente a los 65 años y lo hará a los 67 en 2030. El nuevo sistema también establece la reducción progresiva del monto de la jubilación de los asalariados del sector privado del 70% al 68% dentro de 20 años.
También Italia reformó su régimen jubilatorio en 2001. En la actualidad, los hombres se jubilan a los 65 años y las mujeres a los 60.
Holanda presentó en octubre un proyecto de reforma para pasar de 65 a 66 años en 2020, y a 67 en 2025.
En todas partes los sindicatos reaccionan con hostilidad y afirman que los nuevos sistemas de jubilación pesarán en particular sobre los más pobres y los empleados públicos.
“Esas medidas reducen el crecimiento y minan el consumo, agravan el desempleo, afectan la capacidad productiva y, por fin, reducen las recaudaciones fiscal y social que se han derrumbado”, afirma John Monks, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
Pero si bien las movilizaciones a nivel nacional son multitudinarias, las posibilidades de organizar a una respuesta europea son escasas.
En las actuales condiciones, decenas de miles de jóvenes trabajadores como Georges Labbé han comenzado a despedirse de sus sueños de “una nueva vida después de la jubilación”. “A los 67 años -se lamenta-, ¿qué clase de vida nos quedará para disfrutar?”
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Fonte: La Nación, 7 de junio de 2010. Disponível Aqui