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El empoderamiento en los adultos mayores

Argentina – Dado el logro del aumento en la expectativa de vida, el sector poblacional que más crece en el mundo es el de los/as mayores de 60 años, generando una revolución demográfica sin precedentes. Cada vez más personas llegan a la vejez, a la vez son longevas -aumenta la cantidad de quienes superan los 80 años – y con mejor calidad de vida que décadas atrás.

Natalia Muñiz

 

Estas nuevas generaciones de adultos y adultas – cabe destacar que las mujeres son amplia mayoría – mayores comenzaron a derrumbar las imágenes negativas asociadas erróneamente al proceso de envejecimiento, como los prejuicios vinculados al “no puedo”, “a mi edad, para qué”, y diariamente demuestran que “sí, pueden”: seguir aprendiendo y descubriendo capacidades; empezar una actividad física – cada uno/a a su ritmo y posibilidades -; retomar proyectos; animarse a emprendimientos; superar duelos; disfrutar de una pareja y de la sexualidad; hacer valorar su voz y reclamar por sus derechos.

En declaraciones a este diario, la titular de la Dirección Nacional de Políticas de Personas Adultas Mayores, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Mónica Roqué, señaló la importancia del empoderamiento de los adultos/as mayores: “Empoderarse es atribuirse poder, tratar de hacer cambios, pensar que sí se puede” seguir haciendo cosas, cuidarse la salud, establecerse nuevas metas y enfrentar desafíos.

“Los adultos/as mayores no son solo los que tienen prejuicios (por edad), es la sociedad, nos construimos en una sociedad prejuiciosa y de alguna manera vamos siendo contaminados. Muchos/as mayores se rebelan y dicen: ‘No. Yo sí puedo’, ‘yo me caso’, ‘yo puedo hacer nuevas cosas’, ‘puedo anotarme en un curso teniendo 80 años’, ‘puedo empezar un deporte’. No se dejan apabullar por los estereotipos negativos. Pero hay otro grupo de adultos/as mayores que hay que empoderarlos porque como se educaron en una sociedad que les decía que cuando uno/a se jubila no tiene más que hacer, terminan pensando que es cierto y se abandonan”.

Los prejuicios

Antes se pensaba (erróneamente) que lo que uno/a no hacía hasta los 40 años, no se hacía más. Sin embargo, dado el aumento de la expectativa de vida y los avances sanitarios, tecnológicos y culturales, “hoy podemos decir que lo no se hace hasta los 120 no se hace más”, agregó Roqué, consultada por este diario en el marco de haberse conmemorado el viernes pasado el 20º Día Internacional de las Personas Adultas Mayores declarado por Naciones Unidas (ONU) a fin que se los reconozca como un segmento cada vez más importante de la sociedad y se promuevan políticas que favorezcan un envejecimiento activo y una imagen positiva del envejecimiento.

Roqué insistió en que “hay adultos mayores que se abandonan por tantos prejuicios que fueron incorporando a lo largo de la vida, socialmente se machacó que ‘una persona mayor pierde la memoria y no puede estudiar’ y muchos lo terminan creyendo”, a pesar de los estudios científicos que demuestran lo contrario y que cotidianamente se lo observa en los cursos en centros de jubilados/as y pensionados/as, universidades de tercera edad, centros culturales y bibliotecas, programas socio sanitarios -como los de PAMI y ANSES-, entre otros, donde la mayoría son gratis o a bajo costo.

Al respecto destacó que desde la cartera a su cargo “se trabaja en varios programas destinados al empoderamiento de las personas mayores, para demostrarles que ese ‘no puedo’ es un prejuicio social y vuelvan a creer que pueden hacer cosas, como por ejemplo tareas de voluntariado, talleres y demás actividades”.

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A nivel mundial, la población de 60 años y más aumentó sin precedentes en las últimas décadas. En 1980, había 378 millones de personas mayores; hoy, 30 años después, los adultos/as mayores son 759 millones y para el 2050 se proyecta que lleguen a 2 mil millones. Más de mitad del total (414 millones) viven en Asia. Europa es la segunda región con más número de adultos/as mayores, casi 161 millones; seguido por América del Norte con 65 millones; América Latina y el Caribe, con 59 millones; Africa con 55 millones; y Oceanía con 6 millones (Fuente: ONU).

Principios a favor de las Personas de Edad

Los Principios de las Naciones Unidas a favor de las Personas de Edad fomentan la promoción y el respeto de la independencia, la participación, los cuidados, la autorrealización y la dignidad de los adultos/as mayores.
* Independencia: Las personas de edad deberán:
1. Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuados, mediante ingresos, apoyo de sus familias y de la comunidad y su propia autosuficiencia.
2. Tener la oportunidad de trabajar o de tener acceso a otras posibilidades de obtener ingresos.
3. Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida dejarán de desempeñar actividades laborales.
4. Tener acceso a programas educativos.
5. Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias personales y a los cambios de sus capacidades.
6. Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.

* Participación:

7. Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y la aplicación de las políticas que afectan directamente su bienestar y poder compartir sus conocimientos y pericias con las generaciones más jóvenes.
8. Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.
9. Poder formar movimientos o asociaciones.

* Cuidados:

10. Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada sociedad.
11. Tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades.
12. Tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado.
13. Tener acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo social y mental en un entorno humanitario y seguro.
14. Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares o instituciones donde se les brinden cuidados o tratamiento, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre la calidad de su vida.

* Autorrealización:

15. Poder aprovechar las oportunidades para desarrollar su potencial.
16. Tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos.

* Dignidad: 

17. Poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotaciones y de maltrato físico o mental.
18. Recibir un trato digno, independientemente de su edad, sexo, etnia, discapacidad u otras condiciones, y han de ser valoradas independientemente de su contribución económica.

Fonte: Este texto foi encaminhado e autorizado sua reprodução pela autora. Acesse Aqui

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