Tradicionalmente la familia es quien ha llevado la responsabilidad de cuidar a los ancianos de la sociedad china. Sin embargo, y 30 años después de la aplicación de la política del hijo único, ha llegado el momento que esos jóvenes solteros de China asuman la responsabilidad de cuidar a sus padres.
Pero…
“Una pareja para cuidar cuatro ancianos y un niño se está convirtiendo en algo común, es decir, la carga familiar se ha vuelto muy pesada para todos los jóvenes”, escribe el periodista Lan Fang.
El proceso de industrialización que ha avanzado en todo el país también ha provocado en muchas regiones la migración de jóvenes a las ciudades en busca de oportunidades de trabajo, mientras que los ancianos se quedan sin atención.
Esta combinación de factores esta provocando una escasez extrema en todo el país de servicios para sus ancianos. El gobierno chino ha comenzado a abordar esta carencia mediante la inclusión de un sistema de atención básica de ancianos como una de sus prioridades nacionales. Una mayor financiación y nuevas políticas del gobierno chino serán vitales para mejorar las condiciones de envejecimiento de la población del país.
Pero el inédito experimento demográfico chino podria tener consecuencias catastróficas en pocas décadas. Porque al mismo tiempo que irracionalmente determinó reducir su tasa de natalidad en mas del 50 %, hasta porcentajes que quedan muy lejos de cubrir siquiera el crecimiento vegetativo de su población, toleró una perversa política domestica de selección del sexo masculino en el único hijo permitido (mediante el aborto o asesinato de los fetos femeninos), lo que tendrá tremendas consecuencias posteriores, porque reduce aun mas las posibilidades de renovación generacional.
Las consecuencias iniciales de esta política han producido, por ahora, resultados engañosamente favorables. Porque las mejoras en la salud incrementando la expectativa de vida en sus adultos, aumento el plazo de utilización de la mano de obra calificada disponible. Y la reducción en el numero de niños ha evitado grandes gastos en educación y en la alimentación de personas todavía improductivas. Todo eso ha facilitado la espectacular explosión de sus tasas de crecimiento del PBI, al disponer de un porcentaje de población productiva anormalmente alto.
Sin embargo, la naturaleza se prepara para tomarse revancha, y esto probablemente se descubrirá en poco tiempo. Porque cuando esa enorme masa de población de edad media envejezca (que es precisamente lo que ya esta ocurriendo), no habrá una camada de jóvenes equivalente para reemplazarlos. Y es posible que entonces se produzca una explosión en el incremento de los gastos de salud y cuidados gerontológicos, con una mínima cantidad de personas disponibles para dicha atención, al mismo tiempo que se padecerá la aguda carencia de mano de obra para generar los recursos que demandara esa sociedad.
Por supuesto, siempre es posible recibir sorpresas.
Por ejemplo, y dado su peculiar sistema político, no es descartable que el régimen gobernante simplemente abandone a su suerte a los ancianos, automatice muchos sistemas productivos, y considere levantar las restricciones a la natalidad en vigencia. Pero aun si lograse evitar las revueltas sociales, y conservar la viabilidad de su estructura productiva, probablemente afectaría gravemente su tendencia al crecimiento, con la posible consecuencia de un estancamiento profundo, similar al que ya esta padeciendo Japón.
Fuente: Acesse Aqui. 8 de septiembre de 2010