La vejez es siempre un tránsito duro para todas las personas y depende del apoyo familiar para que este ciclo vital del ser humano no sea sinónimo de enfermedad. Hay que ayudar a nuestros adultos mayores a recuperar su propia alegría y la confianza en la vida, abriendo espacios para la risa, pues se ha comprobado que cura problemas, como la depresión, la angustia, la falta de autoestima y el insomnio.
Adriana Quezada *
Reírse es algo natural; el ser humano siempre ha reído, de la misma manera que ha danzado y ha cantado. Sin embargo los adultos mayores no están dispuestos a practicar esta actividad y darle alegría a su vida. A diferencia de un pequeño que ríe un promedio de 300 veces al día, un adulto lo hace entre 15 y 100 veces.
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Aunque la risa no puede curar una enfermedad, se ha comprobado que es un buen medicamento que renueva la energía del paciente y le estimula ante su padecimiento. Los enfermos, especialmente de sida o cáncer, tienen una mayor resistencia mientras mejor es su estado anímico. A nuestros mayores les vendría bien ver películas y programas de humor (como los cortos del gordo y el flaco, los tres chiflados, etc), leer libros jocosos y revistas cómicas.
Cuando nos reímos activamos 430 músculos de nuestro cuerpo. Los pulmones mueven 12 litros de aire, en vez de los 6 litros habituales; lo que mejora y fortalece al corazón y aumenta el riego sanguíneo. Tres minutos de reír a carcajadas son equivalentes a 20 minutos de ejercicios en bicicleta o 45 minutos de relajación.
Vale recalcar que la risa tiene su lado negativo: Existe, por ejemplo, la risa burlesca, que disfruta el mal ajeno y la famosa risita que no es otra cosa que la risa falsa, usada para fingir alegría.
¿Por qué hace bien reír al adulto mayor?
La risa es un ejercicio muscular, porque moviliza la mayoría de los músculos del cuerpo: abdominales, cara, miembros superiores, entre otros.
Actúa sobre el eje respiratorio, dilatación de bronquios, aumento del volumen respiratorio, lucha contra el asma.
Es un estimulante cardiovascular, baja la tensión arterial, disminuye el ritmo cardíaco.
Mejora la digestión. Hace un masaje en el tubo digestivo aumentando la flora intestinal.
La risa libera endorfinas cerebrales, actúa sobre el dolor y aumenta la secreción de la serotonina.
Actúa sobre el sistema neurovegetativo, disminuye el estrés y favorece el sueño.
Es un estimulante psíquico
Ahora que conocemos sus beneficios procuremos que nuestros adultos mayores tengan la sonrisa a flor de labios, como una terapia que les ayudará a conservar su salud y es que las enfermedades no sólo se curan con medicinas.
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