Partimos de un prejuicio. Muchísimos adultos mayores aún no se han animado a entrar en el mundo de internet, las redes sociales y las comunicaciones. Con todo respeto, creemos que es un error. El primer paso es perder el miedo, que no tiene razón de ser. Nadie nace sabiendo. Todos tenemos que aprender cosas nuevas todo el tiempo. Una vez dado el primer paso, se abre un mundo de posibilidades.
Daniel Cassola *
Ya que el surgimiento de una capa poblacional de adultos mayores numerosa como nunca antes en la historia se da en una época donde todo pasa por lo digital, es bueno pensar en la relación entre ambas cuestiones.
Partimos de un prejuicio. Muchísimos adultos mayores aún no se han animado a entrar en elmundo de internet, las redes sociales y las comunicaciones. Con todo respeto, creemos que es un error.
Pero quien no tiene familiares lejos también debería animarse a utilizar estas herramientas. La compañía Google, que es el buscador más utilizado del mundo, estima que para iniciarse en el uso de internet basta con una clase de cinco horas.
El profesor puede ser un hijo o un nieto con suficiente paciencia. Sino, obviamente, se puede recurrir a un profesional. Pensemos que las redes sociales y los dispositivos táctiles están diseñados para que sean utilizados de manera sencilla por todo el mundo. ¿Si puede hacerlo un niño de cinco años por qué no va a poder un adulto de ochenta?
Una vez dado el primer paso, se abre un mundo de posibilidades. A través de las redes sociales e internet se puede buscar y leer información, acceder a más medios, escuchar la radio, planear actividades e incluso conocer gente nueva.
También se pueden mejorar las relaciones con la propia familia, ya que al saber utilizar la red es más factible, por ejemplo, ayudar a los nietos con los trabajos escolares.
El único obstáculo que hay, y que es importante, es el precio. No todos pueden acceder a un dispositivo tipo tableta o a una computadora. Es solo una idea, pero así como se garantizó el acceso a netbooks en los colegios, los adultos mayores también deberían poder acceder a las nuevas tecnologías con la ayuda del Estado.
A través de internet, hoy las personas se comunican, se entretienen y se informan. Para los adultos mayores es una herramienta fundamental para estar plenamente integrados a la sociedad.
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